Lema Curso 2017/2018

---

50 AÑOS CRECIENDO, INNOVANDO Y FORMANDO PROFESONALES

 

CRECER:

Las personas estamos en continuo crecimiento desde que nacemos, pero no sólo debemos cuidar nuestro crecimiento físico con una dieta saludable, ejercicio físico, etc, también debemos alimentar nuestro cuerpo a través del crecimiento espiritual.

El crecimiento espiritual es el proceso de volverse más y más como Jesucristo. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, el Espíritu Santo comienza el proceso de hacernos más como Jesús, conformándonos a su imagen. El crecimiento espiritual quizá está mejor descrito en 2 Pedro 1:3-8, donde se nos dice que mediante el poder de Dios: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro señor Jesucristo.”

 

INNOVAR:

Según la primera acepción del Diccionario de la Real Academia Española, el verbo innovar significa “mudar o alterar algo, introduciendo novedades”. Nuestro Centro se caracteriza por la innovación.

Innovación educativa, en cuanto a los proyectos desarrollados por nuestros profesores y alumnos, galardonados en certámenes nacionales. La formación continua de nuestros docentes avala los cambios positivos…

Aunque el término innovación pudiera resultar poco vinculado al plano espiritual, hemos de destacar a nuestros alumnos la figura de Jesucristo como innovador de su época. Jesús no solo alteró costumbres de la sociedad de hace más de dos mil años, sino que introdujo novedades sustanciales que, a día de hoy, siguen utilizándose como ejemplo incluso por aquéllos que se oponen a la Iglesia católica.

En su vida terrenal, Jesús fue un innovador, enfrentándose al régimen establecido hasta costarle la vida. Curaba a los leprosos; ayudaba a desahuciados; defendía a prostitutas; se opuso a la corriente farisea; ponía la otra mejilla ante una bofetada…

Nuestros alumnos deben ser innovadores y seguir los pasos de Jesús. Deben ser capaces de ayudar a los necesitados, no pecar de omisión defendiendo a quien lo precise, no dejarse llevar por corrientes perjudiciales aún siendo generalizadas en la sociedad y ser valientes ante la adversidad…

Recordaremos la persona de San Juan Bosco, el santo de la juventud, el amigo de los jóvenes. Con su sistema educativo innovador, basado en la razón, el amor y la religión, muchos encontraron la felicidad y aprendieron a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Lo genérico era considerar a los pobres como manzanas podridas, Don Bosco innovó considerándolos manzanas verdes.

 

FORMANDO PROFESIONALES:

La formación es fundamental para convivir en sociedad. Una adecuada formación facilitará la toma de la decisión correcta en situaciones controvertidas. Sin formación el ser humano es vulnerable, estando expuesto a influencias adversas. Para luchar contra aquello que nos puede hacer daño es imprescindible tener cultura.

La formación es imprescindible para todos y en especial para los jóvenes. La juventud es nuestro futuro y por esa razón, debemos poner todo nuestro empeño en formarlos no sólo académicamente, sino en valores que les ayuden a afrontar los retos que la vida les tiene preparados.

La formación será la primera piedra de nuestro perfil profesional. Ser profesional abarca un espectro mucho más amplio al “de ser bueno en los estudios”. Puntualidad, compañerismo, honradez, dignidad,… son valores de los que debe disponer todo buen profesional.

Asimismo, el buen profesional debe confiar en sus posibilidades, y creer en el sentido de tener fe y confianza, sintiéndose capaz de conseguir lo que se proponga. Todo trabajo tiene al final una recompensa. Hay que creer que no hay reto imposible, en que podemos cambiar el mundo.

Marcos 9:23, Jesús le dijo: “¿Cómo si tú puedes?” Todas las cosas son posibles para el que cree.